miércoles, enero 28, 2009

La tecnología educativa en el aula

La construcción de la Tecnología Educativa como disciplina pedagógica a lo largo del siglo XX



La formación militar en EEUU durante su participación en la II Guerra Mundial es considerada tradicionalmente como el embrión a partir del cual nació un enfoque de la enseñanza caracterizado por la búsqueda de procesos eficaces de formación en general y por la utilización de medios y recursos técnicos y sofisticados como rasgo particular.

Este enfoque, que posteriormente será conocido como Tecnología Educativa, surgió a partir de la necesidad de tener que formar y convertir a un gran número de ciudadanos en soldados y oficiales preparados para asumir tareas y acciones en la organización y actividad bélica. Los psicólogos y educadores pusieron en práctica programas de acción instructiva basados en el logro de objetivos precisos y concretos de aprendizaje (formación en destrezas específicas según las areas a desempeñar en la organización militar), control y racionalización de las variables procesuales (cómo presentar la información, cómo organizar a los alumnos, qué prácticas deben realizar,...), utilización de los recursos audiovisuales, y medición precisa de los resultados de aprendizaje a través de pruebas estandarizadas.


Fue por los años cincuenta cuando se inicia y en los sesenta cobra su máxima plenitud la primera aceptación y concepción de la Tecnología educativa que tiene como objeto de estudio la introducción de materiales y recursos de comunicación para incrementar la eficacia de los procesos de enseñanza y aprendizaje.


La Tecnología Educativa debe reconceptualizarse como ese espacio intelectual pedágógico cuyo objeto de estudio son los medios y las tecnologías de la información y comunicación en cuanto formas de representación, difusión y acceso al conocimiento y a la cultura en los distintos contextos educativos: escolaridad, educación no formal, educación informal, educación a distancia y educación superior.


Desde hace varios años se vienen desarrollado diversos estudios sobre la integración y uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en las escuelas, y la principal conclusión es que a pesar de los avances en la dotación de recursos y el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones, la práctica docente con ordenadores todavía sigue siendo un hecho poco generalizado, y no siempre desarrollado al servicio de modelos pedagógicos innovadores. ¿Por qué ocurre este fenómeno? ¿Cuáles son las causas que provocan que las tecnologías informáticas no sean utilizadas pedagógicamente en las aulas? ¿Cuáles son los factores que están vinculados con aquellas experiencias de uso de las TIC valiosas desde un punto de visto educativo?, ¿cuáles son las condiciones bajo la cuáles tienen éxito los programas y planes destinados a generalizar el uso de ordenadores e innovar las prácticas escolares?


La mayor parte de la literatura especializada señala que existen una serie de factores que inciden en el éxito o fracaso de este tipo de proyectos destinados a incorporar e integrar curricularmente las nuevas tecnologías a la enseñanza que pudieran sinterizarse en los siguientes:

· La existencia de un proyecto institucional que impulse y avale la innovación educativa utilizando tecnologías informáticas.

· La dotación de la infraestructura y recursos informáticos mínimos en los centros y aulas.

· La formación del profesorado y la predisposición favorable hacia las TICs.

· La disponibilidad de variados y abundantes materiales didácticos o curriculares de naturaleza digital.

· La configuración de equipos externos de apoyo al profesorado y a los centros educativos destinados a coordinador proyectos y a facilitar las soluciones a los problemas prácticos.



Un decálogo de buenas prácticas para el uso de TIC


1. Lo relevante debe ser siempre lo educativo, no lo tecnológico. Por ello, un docente cuando planifique el uso de las TIC siempre debe tener en mente qué es lo que van a aprender los alumnos y en qué medida la tecnología sirve para mejorar la calidad del proceso de enseñanza que se desarrolla en el aula.


2. Un profesor o profesora debe ser consciente de que las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje ni generan automáticamente innovación educativa. El mero hecho de usar ordenadores en la enseñanza no implica ser mejor ni peor profesor ni que sus alumnos incrementen su motivación, su rendimiento o su interés por el aprendizaje.


3. Es el método o estrategia didáctica junto con las actividades planificadas las que promueven un tipo u otro de aprendizaje. Con un método de enseñanza expositivo, las TIC refuerzan el aprendizaje por recepción. Con un método de enseñanza constructivista, las TIC facilitan un proceso de aprendizaje por descubrimiento.


4. Se deben utilizar las TIC de forma que el alumnado aprenda “haciendo cosas” con la tecnología. Es decir, debemos organizar en el aula experiencias de trabajo para que el alumnado desarrolle tareas con las TIC de naturaleza diversa como pueden ser el buscar datos, manipular objetos digitales, crear información en distintos formatos, comunicarse con otras personas, oir música, ver videos, resolver problemas, realizar debates virtuales, leer documentos,
contestar cuestionarios, trabajar en equipo, etc.


5. Las TIC deben utilizarse tanto como recursos de apoyo para el aprendizaje académico de las distintas materias curriculares (matemáticas, lengua, historia, etc.) como para la adquisición y desarrollo de competencias específicas en la tecnología digital e información.


6. Las TIC pueden ser utilizadas tanto como herramientas para la búsqueda, consulta y elaboración de información como para relacionarse y comunicarse con otras personas. Es decir, debemos propiciar que el alumnado desarrolle con las TIC tareas tanto de naturaleza intelectual como de interacción social.


7. Las TIC deben ser utilizadas tanto para el trabajo individual de cada alumno como para el desarrollo de procesos de aprendizaje colaborativo entre grupos de alumnos tanto presencial como virtualmente.


8. Cuando se planifica una lección, unidad didáctica, proyecto o actividad con TIC debe hacerse explícito no sólo el objetivo y contenido de aprendizaje curricular, sino también el tipo de competencia o habilidad tecnológica/informacional que se promueve en el alumnado.

9. Cuando llevemos al alumnado al aula de informática debe evitarse la improvisación. Es muy importante tener planificados el tiempo, las tareas o actividades, los agrupamientos de los estudiantes, el proceso de trabajo.


10. Usar las TIC no debe considerarse ni planificarse como una acción ajena o paralela al proceso de enseñanza habitual. Es decir, las actividades de utilización de los ordenadores tienen que estar integradas y ser coherentes con los objetivos y contenidos curriculares que se están enseñando.



viernes, enero 16, 2009

Internet para educar

Cuando Peter Drucker hizo uso del termino “sociedad de la conocimiento” seguramente no existían tantas áreas que fueran apoyadas por las tecnologías de la información, áreas como las comunicaciones, la administración, el entretenimiento, la medicina, etc. Pero sin duda alguna el área menos favorecida hasta el momento ha sido la educación sin embargo también es valido pensar que es más bien un ideal o una etapa evolutiva hacia la que se dirige la humanidad, una etapa posterior a la actual era de la información, y hacia la que se llegará por medio de las oportunidades que representan los medios y el uso de los mismos. Mientras la información sólo siga siendo una masa de datos indiferenciados no habremos logrado esa “sociedad del conocimiento” que tanto se anhela y sin duda alguna los profesores tendremos un papel preponderante en esta transición que aunque complicada, en algún momento se tendrá que llevar a cabo.


Tal y como las plumas, el papel, el lápiz, y la PC, el Internet se están convirtiendo en un elemento fijo, en salones de clases alrededor del mundo, y sin lugar a dudas el uso de esta red de redes nos acercara todavía mas a la transición de la ya mencionada con anterioridad sociedad del conocimiento. El impacto de la Red en las aulas podrá no ser tan grande como una vez se pensó o lo mas seguro es que se este dando de una forma que no imaginábamos la revolución en la educación, prometida por algunos que abogaban por la Red al principio de la explosión del Internet, no se ha materializado. Pero, con seguridad, el impacto del Internet se está sintiendo, para bien o para mal pero esta. Lo que es más, a medida que los avances en tecnología tienden a reducir los costos del hardware y del acceso a la Red, estudiantes y maestros continuarán incorporando la Red, correo electrónico y otras tecnologías, basadas en Internet, dentro de los métodos de instrucción, planificación de lecciones y trabajo administrativo en los salones de clases. Como afecten éstas tecnologías, el proceso educacional en su totalidad, es una pregunta que necesita ser examinada más de cerca.


El valor y atractivo del Internet como una herramienta de instrucción es obvio: una red global de información, accesible virtualmente a todos, la Red parecería ser el sueño del maestro, hecho realidad. Por ejemplo, la búsqueda rápida de ''museos'' en Yahoo, arroja más de 2.000 sitios, desde pequeñas galerías, hasta instituciones internacionales de renombre, tales como Guggenheim en Bilbao, España, y el museo de van Gogh en Bélgica. En la Red, periódicos, bibliotecas, materiales de referencia e investigación, de todos los rincones del planeta, están a solo unos pocos 'click' con el botón del mouse, el gran problema que se presenta en el ámbito educativo es que hacer con tanta información que se tiene, cual va a ser la utilidad que se le va a dar, sin duda alguna se tendrán que buscar herramientas que permitan hacer alumnos críticos y pensantes ante tanta información que se les presenta.


Sin embargo, esta abundancia de información presenta ciertos desafíos en el aula. Con tantas opciones y contenido de donde escoger, la tentación para los estudiantes y maestros es de simplemente recorrer, superficialmente, este mar de información sin nunca profundizar en ella. ''Navegar'' por la Red podrá ser divertido durante el tiempo libre, pero tiene poco que ver con el aprendizaje en serio. Si los educadores - desde los primero grados hasta el nivel universitario - se dieran cuenta del potencial que tiene el Internet como herramienta de aprendizaje, necesitarían desarrollar una estructura de trabajo mediante la cual los estudiantes pudieran, con efectividad, localizar y utilizar el contenido de las aplicaciones disponibles en-línea.

El Internet, por supuesto, está compuesto de varias entidades o tecnologías distintas: correo electrónico, Protocolo de Transferencia para Archivos, la Red Mundial, mensajería instantánea, Protocolo de Voz, etc. Veamos primero a la Red. Comenzando a mediados de los años 1900, el contenido basado en HTML y el navegador de la Red, brindaron a los usuarios de computadoras una habilidad sin precedentes para navegar a través de contenido gráfico y de texto, simplemente mediante el uso del botón del mouse en enlaces de hipertexto. Esta simple tecnología cambió radicalmente, de la noche a la mañana, la manera en que la gente utilizaba las computadoras. De ser una herramienta de negocios, procesador de palabras o juegos, el PC pasó a ser una vía de noticias, un instrumento poderoso para investigaciones y un canal para las comunicaciones de masas.

Navegar por la Red se convirtió en un pasatiempo popular, especialmente para los jóvenes. Al mismo tiempo, los educadores miraban a este medio cautelosamente. Sí, en el Internet se veía un gran potencial como herramienta de aprendizaje. Pero: ¿en verdad tendría mérito educacional el contenido disponible en la Red? Y ¿daría el estilo de navegación por la Red de muchos usuarios, el tono debido para el salón de clases? Para los estudiantes de primaria, quienes a menudo se adhieren a agendas bastante apretadas durante el día, pasar dos horas en la computadora para obtener información de tortugas marinas para un reporte, es imposible. Igualmente, para profesores, el volumen abrumador de información en la Red, presentaba una desventaja significativa para convertirse en una herramienta de utilidad diaria.


Es incuestionable a ojos de cualquiera que nuestras escuelas han ido cambiando. Y gran parte de responsabilidad en este cambio la tienen las tecnologías de la información y la comunicación. Hemos visto cómo las escuelas se han ido equipando con ordenadores conectados a la red, equipos de videoconferencia, pizarras digitales, agendas electrónicas,...


Más allá de experiencias concretas de aulas y centros en su proceso particular de incorporación de TIC nos llama poderosamente la atención cómo en el espacio virtual se ha ido configurando cada vez de forma más clara su sentido educativo. Ya a finales del siglo pasado (el XX, ése que no queda tan lejos), con el advenimiento de la red Internet2 se nos advertía de que podría tener importantes aplicaciones para la formación y la educación. El aula sin muros de McLuhan se ha hecho ya realidad.

Para concluir diremos que, más allá de la evolución de la tecnología, el mundo educativo también está en continuo proceso de transformación. Tanto desde el mundo universitario como desde las escuelas e institutos el profesorado está llevando a cabo experiencias que van marcando el camino a seguir, por lo que hemos de ir matizando esa afirmación tan frecuente de que las escuelas son estáticas y poco abiertas al cambio y la innovación tecnológica. Más allá de iniciativas institucionales, son los profesores los que día a día van haciendo que las instituciones educativas evolucionen y respondan a la realidad social tan cambiante y permeable al mundo de la red.
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